La violencia de género, entendida como violencia física sobre la mujer es algo penalizado no sólo a nivel legal, sino socialmente. La sensibilización social en este aspecto ha conseguido cambios, sin embargo siguen siendo agredidas y asesinadas multitud de mujeres cada año.
Si analizamos este fenómeno, nos damos cuenta de que en muchos casos estos cambios no son profundos. No existe una reflexión sobre las desigualdades estructurales y sociales entre hombres y mujeres que, como última consecuencia, conllevan la violencia y el asesinato de mujeres.
Tras la declaración de repulsa a esta lacra no hay una argumentación ni concienciación social que deje de culpabilizar a las mujeres, se siguen justificando machismos cotidianos, muy arraigados culturalmente, como conductas normalizadas y, por tanto, seguimos construyendo una sociedad cómplice de la perpetuación de la desigualdad.
Los hombres actuales, aun cuando no son culpables de la situación vivida por las mujeres a lo largo de los siglos, sí son responsables de la situación heredada, tanto a título individual como colectivo. Nos proponemos pues contribuir a la transformación social para conseguir una sociedad más igualitaria. A través del “Grupo de reflexión de hombres”, actividad semanal de una hora de duración, analizamos diferentes aspectos de nuestra sociedad patriarcal, planteamos incógnitas, fomentando la crítica activa, la reflexión, la argumentación, en definitiva, se trata de un espacio en el que un grupo de hombres trata de cuestionarse los aspectos más comunes de su existencia y sociabilización para replantearse cambios que favorezcan la igualdad.
Los objetivos no son ambiciosos, somos conscientes de que los cambios profundos sólo se consiguen a largo plazo, pero consideramos el grupo como una actividad muy necesaria y positiva.
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